DARPA, una agencia del Departamento de Defensa de Estados Unidos que se encarga del desarrollo de nuevas tecnologías destinadas a uso militar, ha llegado a un acuerdo [PDF] con Boeing cifrado en 89 millones de dólares para que la compañía aeronáutica construya un modelo funcional del SolarEagle, un avión no tripulado e impulsado por energía solar capaz de mantenerse durante más de 5 años consecutivos volando a una altitud de entre 18.000 y 27.000 metros.
Prototipo del SolarEagle
Está previsto que el primer vuelo de demostración se realice a principios del 2014, en un proyecto que se enmarca en la voluntad de la administración norteamericana de disponer de una nave que pueda llevar a cabo tareas de inteligencia, vigilancia y reconocimiento de amplias regiones durante largos periodos de tiempo, monitorizando objetivos día y noche, semana tras semana, mes tras mes, sin necesidad de repostar.
Un juego de cama inspirado en la consola NES de Nintendo. Ése es el regalo sorpresa que un tipo ha preparado para su hermano pequeño en su último cumpleaños. No le ha quedado nada mal, aunque admito que es sólo indicado para seguidores muy extremos de la marca japonesa
Vía | Nintendo Bed.
Cada cierto tiempo, los telediarios suelen ofrecernos pequeños reportajes de hombres araña de carne y hueso que, con la única ayuda de sus pies y manos, escalan en solitario edificios emblemáticos de grandes ciudades. Normalmente, las imágenes son muy espectaculares, dado el colosal tamaño de los inmuebles y la agilidad y determinación con la que suben los protagonistas.
Pero, ¿os imagináis cómo sería acompañar virtualmente a uno de estos pecualiares deportistas en su ascensión con la ayuda una cámara situada en su casco y poder contemplar, casi como si estuviéramos allí, el mundo desde centenares de metros de altura?
Bueno, pues eso es precisamente lo que muestra este vídeo, en el que tenemos la oportunidad de seguir a un escalador técnico de mantenimiento con poco aprecio por su vida mientras se encarama a una torre de comunicaciones de 539 metros de altura situada en medio de la nada.
A lo largo de la grabación hay una voz en off que relata en inglés cuanto acontece. Aunque no entendáis el idioma no os preocupéis, las imágenes y las extraordinarias vistas que se ven hablan por sí solas:
Vía | Free climbing a tower higher than the Empire State Building.
Desde que la Unión Soviética lanzara el Sputnik en 1957, miles de satélites han sido puestos en órbita alrededor de la Tierra, aunque a día de hoy sólo unos 900 siguen operativos. La mayoría, empero, siguen allí arriba, a cientos de kilómetros sobre nuestras cabezas, abandonados a su suerte o bien han sido conducidos a la conocida como órbita cementerio.
Este vídeo, elaborado por Analytic Graphics Inc a partir de los datos proporcionados por el gobierno estadounidense, permite hacerse una idea aproximada de la cantidad de satélites que orbitan el planeta continuamente. Lo cierto es que impresiona:
Si utilizáis Windows o Mac OS X, os recomiendo que visitéis este enlace en el que vais a poder visualizar la posición exacta de estos 13.000 objetos actualizada cada 30 segundos.
En los últimos años, cientos de millones de consumidores hemos sustituido nuestros viejos televisores de tubo por nuevos aparatos dotados de enormes pantallas y capaces de reproducir contenidos en HD… a pesar de que, bien mirado, se pueden contar con los dedos de una mano las cadenas o plataformas que emiten su programación en alta definición.
Los fabricantes de TV han hecho, qué duda cabe, un excelente trabajo vendiéndonos como imprescindible una tecnología que para muchas personas quizá no lo sea tanto. A día de hoy, me refiero. Pero la rueda debe seguir girando y las pantallas planas con resoluciones de 1.080p que hasta antes de ayer creíamos que eran lo máximo hoy han dejado de serlo en favor de la nueva niña mimada de la industria: las 3D.
El éxito arrollador de Avatar y de la mayoría de producciones en 3 dimensiones que se estrenan semana tras semana en las salas de cine ha supuesto el espaldarazo definitivo que esperaban Sony, Samsung, LG y compañía para lanzarse a la producción comercial de televisores equipados con esta tecnología.
La apuesta de los fabricantes es clara, pero la de los consumidores no lo es tanto. Así lo pone de manifiesto una encuesta realizada por Nielsen en la que se ha preguntado a los participantes de la misma si tienen previsto comprar un televisor 3D en los próximos 12 meses.
Las respuestas han sido agrupadas en 2 categorías: una para las personas que nunca han visto en funcionamiento un aparato en 3 dimensiones y otra para las que sí han tenido ocasión de probarlo, ya sea en casa de familiares o amigos o directamente en una tienda, y han arrojado unos resultados que llaman muy mucho la atención.
Y es que mientras en el primer grupo el 25% ha contestado que muy posiblemente comprará un televisor a lo largo del año que viene, en el caso del segundo el porcentaje ha bajado hasta un preocupante 12%. Es decir, una parte significativa de quienes han visto esta tecnología en acción han quedado decepcionados y han decidido posponer su adquisición hasta más adelante.
¿Los motivos esgrimidos? Os los podéis imaginar: el alto precio de los modelos actuales, la necesidad de utilizar gafas y la falta de contenidos de calidad en 3D en las plataformas televisivas. El primero de los inconvenientes se solucionará poco a poco a medida que se vendan más unidades y los costes de producción disminuyan, pero con el segundo y el tercero probablemente haga falta esperar varios años hasta que se solventen.
Así pues, y dadas las circunstancias, parece que los fabricantes deberán esforzarse lo suyo e invertir enormes cantidades en publicidad para conseguir que los potenciales consumidores poco a poco vayan obviando las limitaciones de las 3D que existen hoy en día y sustituyan sus LCD, plasma o LED recién comprados por estos nuevos modelos. No dudo que lo conseguirán.
A diferencia de lo que sucede con la música de los artistas actuales, las obras de autores clásicos como Bach, Beethoven, Vivaldi, Mozart o Pachelbel no están sujetas a derechos de autor. Ninguna discográfica o sociedad gestora como la SGAE puede evitar que una banda toque cualesquiera de las grandes sinfonías que compusieron allá donde le plazca pero en cambio, llegado el caso, sí que podrían interponer demandas judiciales contra todos aquellos locales que reproducen sin su autorización los conciertos de las grandes filarmónicas interpretando las melodías reseñadas.
Aunque pueda parecer contradictorio, tiene todo el sentido del mundo. Me explico: aunque no son los propietarios de estas composiciones, sí que tienen los derechos de explotación sobre las incontables grabaciones que han realizado a grandes orquestas intepretando dichas obras.
No pueden evitar que una banda, profesional o no, toque una sonata de Chopin por su cuenta pero sí tienen la potestad de impedir que escuchemos los conciertos que en su día montaron y pagaron o que terceras partes los utilicen como música ambiental en restaurantes o peluquerías sin su consentimiento.
Para poner fin a esta situación, para que cualquiera pueda descargarse, escuchar y compartir las grandes sinfonías de los compositores clásicos, ha nacido Musopen, un proyecto en el que todos podemos colaborar con una pequeña aportación económica y que pretende recaudar el dinero suficiente para contratar los servicios de una orquesta de renombre que interprete las obras de dichos autores y liberarlas acto seguido al dominio público.
De entrada, la idea era grabar y subir a Internet las sinfonías completas de Beethoven, Brahms, Sibelius y Tchaikovsky. Para ello se necesitaban 11.000 dólares, una cifra que muchos podían pensar que difícilmente se conseguiría. Yo el primero. La realidad, en cambio, ha sido muy distinta: y es que en el momento en que escribo este artículo se llevan recaudados 52.316 dólares. Una cantidad que multiplica por 5 las expectativas iniciales y que va a permitir liberar las obras de más artistas. Las discográficas deben estar contentas
Dicho esto, qué mejor manera de cerrar este artículo que con una pequeña muestra de la música que Musopen va a poner en el dominio público. Para la ocasión, he escogido la Sinfonía n.º 7 en La mayor (Op. 92) de Ludwig van Beethoven…
… y el Air on the G String de Bach:
El auge que está experimentando Android en lo que llevamos de año es digno de estudio. Basta echar la vista atrás un instante para cómprobar cómo a finales del 2009 la presencia de este sistema operativo en las entrañas de los nuevos móviles que salían al mercado era prácticamente testimonial, hasta el punto de que sólo el 3,9% lo incorporaba.
Hoy en día las cosas han cambiado por completo. De acuerdo a las cifras que maneja Google, cada día se activan más de 200.000 smartphones equipados con Android y las previsiones indican que para finales del 2010 el 17,7% de los terminales a la venta estarán impulsados por este sistema operativo, que para entonces habrá superado o estará a punto de superar en popularidad a Windows Phone, iOS, Palm OS y RIM OS.
Es más, la firma Gartner considera que antes de que acabe el 2014 Android igualará y a continuación superará la cuota de mercado de Symbian, el sistema operativo que utiliza Nokia en casi todos sus terminales. Ese hito, siempre según Gartner, será posible gracias a que fabricantes como Samsung, Sony Ericsson, LG o Motorola van a apostar por él en sus móviles de gama baja, lo que favorecerá su adopción por parte de millones de usuarios.
Newsday, un periódico con una tirada media diaria de 377.500 ejemplares que se edita en Nueva York, ha estrenado una aplicación para que sus lectores puedan seguir los contenidos que publican a través del iPad. Claro que como indican en este anuncio… nunca será lo mismo un diario en formato papel que un dispositivo electrónico 🙂