La robótica llega al gran público: Berkeley Bionics acaba de poner a la venta el primer exoesqueleto

Durante más de medio siglo, la robótica ha servido de hilo argumental perfecto para multitud de libros y cómics de ciencia ficción que han retratado un futuro en el que los androides convivirían más o menos en paz y harmonía con el ser humano y se encargarían de ayudarnos en nuestros quehaceres diario.

Pero para frustración de escritores, lectores y seguidores de las nuevas tecnologías en general, lo cierto es que el desarrollo de la robótica ha avanzado muy lentamente y, tras décadas de esfuerzos e inversiones millonarias, el robot humanoide más avanzado que tenemos es el ASIMO de Honda. No está mal, qué duda cabe, pero no es lo que esperaban los visionarios de hace unos años.

Pero que no tengamos autómatas con aspecto humano no quiere decir que no se estén llevando a cabo desarrollos que prometen revolucionar el concepto que la sociedad tiene de esta rama de la tecnología. Bien al contrario, estamos en un momento de plena efervescencia.

Y es que en los últimos meses se han presentado en Japón y Estados Unidos varias propuestas basadas en la robótica que podrían llegar a comercializarse en un plazo de tiempo relativamente corto. Así por ejemplo, en el mes de abril tuvo lugar la puesta de largo oficial en el Ministerio de Ciencia japonés del Hybrid Assistive Limb (HAL), un robot que actúa a modo de traje cibernético y que está equipado con sensores que captan las señales nerviosas que el cerebro envía a las extremidades, de forma que es capaz de copiar los movimientos que hacen los brazos y las piernas en tiempo real.

Apenas un par de semanas después, Honda mostró un dispositivo de similares características que se coloca sobre la cintura y la parte superior de las piernas y que ha sido concebido para facilitar el desplazamiento de ancianos y discapacitados.

Pero es que por si eso fuera poco, Berkeley Bionics acaba de anunciar que ha comenzado a aceptar los primeros pedidos de su Human Universal Load Carrier (HULC), un exoesqueleto que se coloca alrededor de las piernas y el tronco y que, al igual que los desarrollos creados en Japón, facilita el transporte de objetos pesados. Así, aseguran que una persona equipada con este artefacto puede mover sin problemas un peso de hasta 90 Kg.

Este es el vídeo que han preparado para exhibir las funcionalidades de HULC:

Las aplicaciones directas de los 3 desarrollos que os acabo de referir son muy amplias. La más inmediata sea probablemente la militar ya que, al menos al principio, estos exoesqueletos tendrán un coste muy elevado y sólo las infinitas arcas estatales podrán hacer frente al coste que supondrá la compra de los mismos.

Pero es que a medio plazo las personas discapacitadas encontrarán en ellos a sus aliados perfectos para mejorar significativamente su calidad de vida y poderse desplazar sin ayuda de nadie. Eso por no hablar de los trabajadores que se pasan el día cargando objetos pesados y que hallarán en los exoesqueletos, si el señor empresario lo estima oportuno, al perfecto aliado para evitar lesiones y mejorar su productividad.

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