En la constelación de Virgo, a unos 65 millones de años luz de distancia de la Tierra, se encuentra la galaxia espiral NGC 4845. Forma parte de la Nube de Virgo II, una estructura gigantesca que contiene más de 100 galaxias y cúmulos estelares abiertos, y cuya extensión supera los 30 millones de años luz.
NGC 4845 fue descubierta por el astrónomo William Herschel en 1786 y posee en su región central un agujero negro supermasivo de 300.000 masas solares. En 2013, las observaciones realizadas con el telescopio INTEGRAL de la Agencia Espacial Europea pusieron de manifiesto que estaba absorbiendo materia de un objeto cercano, posiblemente una enana marrón.
La existencia de agujeros negros supermasivos en galaxias tan lejanas como ésta se puede inferir por el efecto que ejercen sobre las estrellas que tienen más cerca. Y es que, la enorme fuerza de atracción gravitatoria que ejercen, provoca que los astros se muevan mucho más rápido de lo que en otras circunstancias sucedería.