Virgin Media se baja los pantalones

¿Qué le sucede a un ISP cuando llega a un acuerdo con un grupo de discográficas y comienza a enviar cartas ‘educativas’ a una parte de sus clientes solicitándoles que no se descarguen música con programas P2P, les advierte que eso es un delito, les anima a que compren música en tiendas de pago y les amenaza con desconectarlos? Lógicamente, que la gente se cabrea, se da de baja y se va a otro operador de telecomunicaciones.

Pues eso es, aparentemente, lo que le está sucediendo a Virgin Media, un proveedor de acceso a Internet británico que a principios del mes pasado se alió con la British Phonographic Industry para hacer llegar a sus abonados recomendaciones sobre los hábitos de navegación que debían tener las personas de bien. Y lo cierto es que se han tomado muy en serio su trabajo, puesto que en solo unas semanas han enviado cientos de misivas.

Tal y como era de esperar, los efectos de una política tan poco respetuosa con los derechos de los consumidores están comenzando a salir a la luz. Las críticas no paran de sucederse, el descontento es generalizado y la publicidad que está recibiendo la compañía está siendo nefasta.

¿Consecuencia? Sus máximos dirigentes no han tenido más remedio que salir a la palestra, bajarse los pantalones y aplicar aquello de ‘donde dije digo digo diego’. Dicho en romano paladín: que ahora aseguran que bajo ninguna circunstancia emprenderán acciones legales ni desconectarán de Internet a sus clientes. Y que sí, que en los sobres que estaban enviando se podía leer claramente algo así como «Importante: si no lo lee, su conexión podría ser desconectada», pero que eso fue un error. La culpa, como siempre, del empedrado.

Pero es que ahí no acaba la cosa. Se ha dado el caso de clientes que han recibido la carta de marras pero que nunca han utilizado programas P2P para descargarse contenidos sujetos a derechos de autor. Virgin dice ahora que eso es muy posible, pero que en cualquier caso no pasa nada porque ellos no han pretendido acusar a nadie de actividades ilícitas y que claro… que… que… bueno, pues eso, que nadie se enfade porque jamás de los jamases facilitarán a las discográficas información de carácter personal sobre sus clientes. ¿Les creemos?

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