Ahora que las compañías aéreas abogan por ahorrar costes volcándose en Internet y penalizando a los usuarios que deciden comprar los billetes en los mismos aeropuertos, nuestra querida y admirada (nótese la ironía) RENFE ha decidido sorprender a propios y extraños con una noticia bomba: a partir de enero impondrá una comisión del 2,75% en todos los billetes que se compren a través de su página web. ¡Toma ya!
La justificación que dan ante tal disparate resulta de lo más surrealista, ya que aducen que el sobreprecio es debido al coste que les supone mantener la aplicación informática con la que proporcionan este servicio (????!!!!) Vaya, a lo mejor resulta que los empleados que expenden los billetes en las estaciones trabajan gratis y no nos hemos enterado…
En un mundo en el que cada día que pasa las nuevas tecnologías están más presentes en nuestras vidas, todavía existen mastodontes antediluvianos que muestran una cerrazón impropia de los tiempos que corren y se niegan a avanzar y a mejorar el servicio que prestan a sus clientes. Algo que no tendría la menor importancia si no fuera porque a los avispados que han tenido esta magna idea los mantenemos generosamente con nuestros impuestos.
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