Rapidshare vence a Atari en los tribunales

Existen estudios sobre los hábitos de uso de Internet a nivel global que demuestran que, desde hace varios años, las redes P2P están perdiendo importancia en favor de los sitios de descarga directa. Cientos de miles, puede que incluso millones de usuarios, disponen de suscripciones premium en páginas como Megaupload, Rapidshare, Fileserve, Gigasize, Depositfiles, Netload o Hotfile que les permiten bajarse toda clase de contenidos sin apenas restricciones y a velocidades de vértigo. Muchos más utilizan las versiones gratuitas de estos servicios, que aun con algunas limitaciones, son igualmente funcionales.

Descargarse una película en alta definición, si se dispone de una buena conexión, es cuestión de horas; lo mismo sucede con cualquier videojuego; un disco baja en mucho menos. Esta realidad es de sobra conocida por los estudios de cine, discográficas y desarrolladoras y distribuidoras de videojuegos, que se han embarcado en una lucha sin cuartel para tratar de poner coto a la distribución no autorizada de sus contenidos que se lleva a cabo en estos sitios y por la que, ni que decir tiene, no obtienen ni un céntimo a cambio.

Una contienda que no les va a resultar nada fácil de ganar. Sin ir más lejos, el Tribunal Superior de Justicia de Düsseldorf desestimó ayer la demanda que Atari había presentado contra Rapidshare por no implementar las medidas oportunas para evitar la distribución del título Alone in the Dark desde sus servidores. Esta resolución anula además una sentencia anterior emitida desde una corte de rango inferior que había dado la razón a la empresa de videojuegos y que el portal de descargas había recurrido.

Atari consideraba que Rapishare debía hacerse responsable de las acciones que habían llevado a cabo sus usuarios y, por tanto, quería recibir una compensación económica a tal efecto. La estrategia es similar a la que tomaron hace unos años Viacom y los clubes de fútbol de la Premier League contra YouTube al considerar que no hacía lo posible por eliminar los vídeos de la MTV y los resúmenos de los partidos de la liga inglesa que subían sus usuarios.

Rapidshare ha ganado esta batalla, pero no la guerra. La Federación Internacional de la Industria Fonográfica (IFPI por sus siglas en inglés) ha reconocido públicamente que tiene a este y otros servicios similares en su punto de mira. Lo mismo han hecho las productoras de cine y el sector del videojuego. Habrá más demandas, en más países y de mayor calado. El resultado final de los procesos judiciales por venir es incierto, pero de momento Rapidshare permanece a salvo.

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