Microsoft ha sorprendido a propios y extraños esta semana solucionando en un tiempo récord una vulnerabilidad que había sido detectada sólo tres días antes. Un agujero de seguridad, todo sea dicho, que no afectaba a Windows, Office o Internet Explorer, sino a la tecnología DRM que incorporan cada vez más canciones, vídeos, documentos y demás aplicaciones comerciales.
La Gestión de los Derechos Digitales se ha convertido en una fuente de ingresos muy importante para Microsoft y para el resto de compañías que la implementan en sus productos, entre las que destacan sobremanera las discográficas y los estudios de Hollywood. El agujero permitía reproducir los contenidos sin restricciones, y eso es algo que el sector no está dispuesto a aceptar de ninguna de las maneras. De ahí la rápida respuesta de la empresa de Redmond.
El gigante norteamericano suele publicar juntos todos los parches de seguridad que va solucionando el segundo martes de cada mes, una tradición que ha pasado a mejor vida en este caso. La conclusión es clara: no hay retrasos que valgan cuando hay tanta pasta -y credibilidad- en juego.