
A medida que pasan los días vamos conociendo nuevos pormenores, cada vez más escabrosos, acerca de los más de 9.000 despidos que ha llevado a cabo Microsoft, la mayoría de los cuales concentrados en su división de videojuegos.
El último detalle en darse a conocer ha sido que los desarrolladores de Candy Crush que han perdido su puesto de trabajo han sido sustituidos por herramientas de inteligencia artificial.
Por si eso no fuera suficientemente preocupante, resulta que esos programas fueron creados por ellos mismos en el transcurso de los últimos años. Dicho de otra manera: Microsoft ha reemplazado a personas por modelos de IA que éstas han implementado.
Así lo han confirmado múltiples fuentes anónimas de King, la empresa detrás de Candy Crush. Pero es que hay más: a una parte del personal encargado del diseño de las interfaces de usuario y de los niveles se les ha hecho entender que sus cargos están en peligro y que podrían correr la misma suerte que la de sus ahora ex-compañeros. Y, una vez más, parece que la intención es suplirlos con IA.
La situación resulta kafkiana por el lúgubre escenario que presagia de cara a un futuro no muy lejano, en el que millones de personas van a perder sus empleos a manos de la inteligencia artificial y de la enfermiza adicción por los beneficios que aqueja a los directivos de muchas multinacionales.