
En la constelación de Casiopea, a sólo 11.000 años luz de distancia del Sistema Solar, se encuentra el remanente de la supernova más reciente que ha habido en la Vía Láctea: Cassiopeia A.
La luz de la explosión no llegó a nuestro planeta hasta hace 340 años, lo que implica que los científicos que vivieron antes de finales del siglo XVII y realizaron observaciones donde ahora se encuentra ésta sólo pudieron localizar a su estrella progenitora.
Es lo que se cree que sucedió con el astrónomo británico John Flamsteed, que el 16 de agosto de 1680 anotó que había divisado la estrella 3 Cassiopeiae en la posición que actualmente ocupa esta supernova, que se estima que tiene un diámetro de 10 años luz.
Aunque Cassiopeia A ha sido retratada en numerosas ocasiones en el pasado, la tecnología que equipan el telescopio espacial James Webb y el Observatorio de rayos X Chandra han permitido obtener ahora, por primera vez, un modelo en 3 dimensiones de su estructura.
Los científicos detrás de este proyecto consideran que los datos conseguidos podrán ser utilizados para entender las etapas finales de la vida de la estrella que originó esta supernova colosal situada a sólo unos miles de años luz de la Tierra.