La industria del porno demanda a decenas de miles de usuarios P2P

Un nuevo e inmisericorde enemigo se atisba en el horizonte de los usuarios habituales de las redes P2P; uno que ha descubierto en las demandas a los internautas una nueva y jugosa vía de financiación; uno piensa plantar batalla hasta el final y que va camino de convertir a las discográficas y a los estudios de Hollywood poco menos que en hermanitas de la caridad: me refiero nada más y nada menos que a la industria del porno.

Aunque el auge de las páginas de descarga ha hecho disminuir la popularidad de los programas de pares, la presión que determinados sectores ejercen sobre los internautas que comparten contenidos sujetos a derechos de autor a través de los mismos no sólo no ha bajado sino que va en aumento.

Así lo pone de manifiesto esta extensa y extremadamente bien documentada base de datos que recoge las demandas que han sido interpuestas en Estados Unidos contra los usuarios P2P en el último año. Un periodo éste en el que se han iniciado 99.924 procesos legales contra internautas a los que se acusa de utilizar BitTorrent, eMule y clientes similares para descargarse estrenos de cine, discos, canciones y, sí, especialmente fotografías y películas subiditas de tono.

La Electronic Frontier Foundation (EFF) constata que la intención última de la mayoría de empresas que están detrás de estos procesos no es llevar a la gente ante los tribunales para defender sus supuestos derechos de propiedad intelectual, sino conseguir acuerdos extrajudiciales que les llenen los bolsillos de manera rápida y efectiva.

Las cuantías que solicitan a cambio de olvidarse del asunto varían en función de la cantidad de archivos que se haya bajado cada acusado. A cambio de satisfacer los deseos de la industria, los usuarios P2P se ahorran un largo y potencialmente costosísimo proceso judicial en el que podrían llegar a tener que hacer frente a sanciones elevadísimas e incluso a penas de prisión.

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