Guerra sin cuartel de Google y YouTube contra los bloqueadores de publicidad

YouTube comenzó a mostrar mensajes de aviso a quienes utilizan bloqueadores de publicidad a mediados de año. En los mismos, les advertía que hacer uso de los mismos no estaba permitido y les conminaba a que los desactivasen y contratasen YouTube Premium si querían navegar sin anuncios.

Fue sólo el inicio de la guerra que Google y sus filiales han acabado emprendiendo contra este tipo de programas. Sin ir más lejos, YouTube reconoció dos semanas atrás que está retrasando la carga de los vídeos cuando detecta que alguien tiene instalada una extensión para bloquear la publicidad y que ello puede hacer que no se tenga una experiencia de visualización óptima.

Además, está cambiando de forma diaria sus scripts para que las personas que están detrás del mantenimiento de los filtros que determinan las direcciones desde las que se publican los anuncios se vean obligadas a modificarlos continuamente.

El siguiente paso llegará en junio del año que viene, fecha límite que tienen todas las extensiones que quieran seguir funcionando en el navegador Chrome para migrar su código a la plataforma Manifest V3. Cuando lo hagan, y tendrán que hacerlo les guste o no, Google tendrá la oportunidad de alargar artificialmente el periodo de actualización de los bloqueadores de publicidad durante días o, incluso, semanas.

Eso, hasta ahora, no supone un gran problema ya que, independientemente de la versión que se tenga instalada, estos programas pueden actualizar por su cuenta las listas de filtros que incluyen, que son en última instancia los encargados de determinar los contenidos que se deben bloquear.

El problema radica en que, con Manifest V3, cada vez que sus creadores quieran hacer uso de una lista que haya sido modificada por la comunidad, deberán enviar una nueva versión de sus bloqueadores a la Chrome Web Store y esperar pacientemente a que Google les dé el visto bueno cuando lo considere oportuno.

Teniendo en cuenta que Google y todas sus filiales cambian de manera regular los scripts de detección de bloqueadores, ello provocará que este tipo de programas dejen de ser efectivos. Y es que, cuando pasados unos días permita la publicación de las nuevas versiones de los mismos, estos probablemente habrán quedado desfasados con la introducción de nuevos scripts durante el periodo transcurrido desde que los enviaron para que fueran revisados en la Chrome Web Store hasta el momento en que fueron aprobados.

Mozilla ha dejado claro que, aunque no va a tener más remedio que hacer que Firefox sea compatible con Manifest V3 dada la enorme popularidad de Chrome, en ningún caso va a limitar el funcionamiento de los bloqueadores de publicidad con este tipo de tácticas.

El problema, claro está, es que Firefox posee una cuota de mercado que no llega al 7% a nivel mundial. El navegador más utilizado con diferencia es Chrome, con un 62%, seguido de Safari (que no permite el uso de determinadas extensiones) con un 13,3%, y de Microsoft Edge, que está basado en Chromium y representa el 11,23%.

Así las cosas, en sólo unos meses, y a expensas de la decisión que adopte Microsoft con Edge respecto a esta problemática, es muy posible que la única alternativa para seguir utilizando bloqueadores de publicidad que resulten efectivos sea a través de Firefox.

En caso de que lleguemos a dicho escenario, puede que la mayor parte de los usuarios de este tipo de programas decidan, simplemente, dejar de utilizarlos, y acepten a regañadientes ver anuncios mientras navegan. Un escenario que sería el soñado por Google, que no olvidemos que obtiene la práctica totalidad de sus ingresos a través de la publicidad que muestra en sus servicios.

FOTOGRAFÍA: FIRMBEE

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