La Comisión Europea investigará la compra de DoubleClick por parte de Google

A mediados de abril, Google adelantó por la derecha a Microsoft y compró DoubleClick por la astronómica cifra de 3100 millones de dólares, pagados además en efectivo. Con esta adquisición el buscador le pasó la mano por la cara a su más directo rival y elevó hasta el límite su dominio en el terreno de la publicidad online, en la que hace años que es líder gracias al binomio AdWords/AdSense.

La jugada parecía perfecta, pero hete aquí que, cuando en las oficinas de Google ya habían comenzado a tararear aquello de ‘la vida puede ser maravillosa’, ha aparecido en escena la Comisión Europea para empantanar la -parecía- perenne felicidad del buscador. Y lo ha hecho de la manera en que suele ser habitual cuando hablamos de este organismo: anunciando que no ve con buenos ojos que una empresa aglutine tanto poder en un sector tan importante, que mueve tanto dinero, que está creciendo a pasos agigantados y del que dependen miles de empresas como es el de la publicidad en Internet.

Para empezar ya han dejado claro que van a investigar en profundidad las consecuencias que tendría para el libre mercado la situación cercana al monopolio que ha conseguido Google tras la compra de DoubleClick. El 2 de abril del próximo año es la fecha límite que se han marcado para pronunciarse al respecto y, teniendo en cuenta cómo se las gastan, en el buscador harían muy bien en preocuparse por las posibles sanciones que les pudieran caer.

Sin ir más lejos, a Microsoft le impusieron una multa de 497 millones de euros, le obligaron a vender sus versiones de Windows sin el reproductor Media Player instalado y a proporcionar información a sus competidores para que estos puedan comercializar productos optimizados para este sistema operativo.

Así pues, a nadie debe extrañar que Eric Schmidt, el máximo ejecutivo de Google, haya realizado unas declaraciones en las que señala que colaborarán codo con codo con el organismo europeo y etc, etc, etc. En cualquier caso, tendremos que esperar medio año para saber cómo acaba esta historia, pero la cosa promete.

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