La Comisión Europea sigue acusando a Microsoft de prácticas monopolísticas

El contencioso que enfrenta a Microsoft con la Comisión Europea se arrastra desde hace ya 3 largos años y a estas alturas nada hace indicar que vaya a acabar pronto. Todo empezó en marzo del 2004, cuando la CE sancionó al gigante estadounidense con una multa récord de 497 millones de euros y estableció que debería vender sus sistemas operativos sin el reproductor Media Player instalado, además de proporcionar información a sus competidores para que estos pudieran comercializar productos optimizados para Windows.

A pesar del ejército de abogados de los que dispone Microsoft y de los múltiples intentos de acercamiento que se han producido hasta la fecha, las cosas no parecen ir por el buen camino. Esta semana, sin ir más lejos, la comisaria europea Neelie Kroes ha acusado a la compañía de Bill Gates de seguir utilizando prácticas monopolísticas para ganar cuota de mercado, algo que no gusta nada en Bruselas, más aún después de las múltiples advertencias y sanciones que les han hecho llegar.

A tenor de las posturas encontradas de uno y otro bando, da la sensación que el culebrón se va a alargar aún más. A este paso, y conociendo la prodigiosa eficiencia de la burocracia continental, no os extrañe que el caso no se acabe cerrando hasta bien entrado el siglo XXII.

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