Mathew Ho y Asad Muhammad, dos adolescentes de 17 años de Toronto, se han convertido por unos días en el centro de atención de los medios de comunicación canadienses después de que hayan enviado con éxito una figura de Lego a la estratosfera con la ayuda de un pequeño globo de helio que han fabricado ellos mismos.
El globo, que iba equipado con 4 cámaras para registrar todos los detalles posibles de su ascensión y posterior caída, ha llegado a alcanzar una altura de 24 kilómetros sobre el nivel del mar, 3 veces por encima de donde vuelan los aviones comerciales, y ha caído a 122 kilómetros de distancia de donde ha sido lanzado.
El proyecto, en el que han estado trabajando durante 4 meses, les ha costado sólo 400 dólares, que al cambio vienen a ser poco más de 300 euros. La idea de enviar un Lego al espacio surgió después de que hace un par de años vieran un vídeo online de un globo similar que los estudiantes del Masssachussets Institute of Technology (MIT) enviaron al espacio.
La historia de estos chicos ha generado un gran revuelo en Toronto, hasta el punto de que Barry Wiszniowski, presidente de la Air Canada Pilots Association, se ha mostrado preocupado de que durante las próximas semanas un número considerable de jóvenes intenten imitar la peripecia de Ho y Muhammad lanzando sus propios globos y pongan en peligro la seguridad de los aviones que surquen los cielos canadienses.
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