Un robot que salva vidas humanas

El Digger D-3 no tiene un aspecto humanoide que lo haga agradable a la vista; tampoco ha protagonizado anuncios de televisión; menos aún presentaciones multitudinarias ante la prensa internacional.

Su figura, más cercana a la de un tanque de combate, le confiere una estampa fiera, agresiva incluso, y poco agraciada. Es muy probable que, a diferencia de lo que sucede con otros robots más mediáticos, nunca encontremos juguetes suyos en las estanterías de los centros comerciales. Tampoco ha sido creado para ello. Su misión es otra. Mucho más importante: salvar vidas humanas destruyendo o haciendo explotar minas antipersonas.

Desarrollado por Digger DTR, una organización humanitaria sin ánimo de lucro de origen suizo, este vehículo fuertemente blindado con gruesas placas de acero dispone en su parte frontal de un cilindro dentado que gira a gran velocidad mientras martillea el suelo hasta una profundidad de 25 centímetros, destruyendo todo cuanto encuentra a su paso.

Controlado a distancia por un operador humano, cuenta en su interior con un motor diésel de 4 cilindros que genera una potencia de 173 HP y está preparado para absorber el impacto de minas de hasta 8 Kg de explosivo. A máximo rendimiento, puede limpiar de minas una superficie de 1.000 m2 cada hora.

Digger D-3, un robot que salva vidas humanas

El D-3 es, como su nombre permite aventurar, la 3ª generación de robots antiminas creados por Digger DTR. El primero de ellos, llamado D-1, fue presentado en el año 2002, mientras que el D-2 apareció en el 2006. Entre unos y otros han desminado campos de Kosovo, Sudan, Etiopía, Senegal, Croacia y el Chad.

ETIQUETAS: Robótica