Un flipado en un concierto de Kanye West

Noche del domingo, 17 de abril del 2011 en el Empire Polo Club de la ciudad californiana de Indio. Se está celebrando el tercer y último día de conciertos del festival Coachella y Kanye West sale a escena. Minutos después, comienza a interpretar la canción All Of The Lights. Las decenas de miles de personas que llenan el recinto hasta la bandera saltan, gritan y corean la letra junto al artista al tiempo que sacan incontables cámaras y móviles para echar fotos y guardar en vídeo el momento.

Pero entre todos los asistentes, hay uno especial, un irredento que no se conforma simplemente con seguir a la mayoría, que se niega a caer en la ordinariez general y a registrar para la posteridad el espectáculo del rapero estadounidense con tan vulgares dispositivos. Él destaca con luz propia por encima de la plebe. Es diferente, es original, es único… y tiene unos bíceps de hierro.

Es un elegido y sabe que su momento ha llegado. Así que abre la mochila que lleva a la espalda, alza al cielo su flamante iPad 2 y se pone a grabar la actuación con la mediocre cámara que incorpora el tablet de Apple.

Acto seguido, las personas situadas tras él, al unísono, se cagan en sus muelas cuando el gadget les tapa la visión del escenario, pero a él le da igual. Es el mejor y lo sabe. Y ya ha tenido su minuto de gloria, aunque sea por una circunstancia tan estrámbotica como ésta. Como os he dicho en más de una ocasión, hay gente pa tó sonrisa

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