TrueMotion 3D, el Wiimote con esteroides

La aparición de la Wii y de su mando Wiimote han supuesto un soplo de aire fresco para la industria del entretenimiento electrónico, que aún hoy sigue contemplando con una mezcla de incredulidad y estupefacción cómo el ingenio de Nintendo se ha convertido en la consola de nueva generación que con diferencia más se está vendiendo en todo el mundo.

Y eso a pesar de sus evidentes limitaciones técnicas y de que tanto la PS3 como, sobre todo, la Xbox 360 cuentan con un catálogo bastante más amplio y de más calidad. Pero ninguna de las muchas virtudes de sus contendientes han bastado para frenar la atracción que ha generado entre millones de personas la posibilidad de disfrutar de un estilo de juego diferenciado y asentado en un mando que captura nuestros movimientos y los lleva a la pantalla con más o menos precisión.

Fruto del éxito de la Wii, han comenzado a aparecer dispositivos que apuestan por aumentar la interactividad de los videojuegos en base a aplicar técnicas muy similares a las que ha popularizado Nintendo. De todos los que he visto hasta la fecha, el que más me ha impactado ha sido el TrueMotion 3D del que os voy a hablar ahora.

Tanto el Wiimote como su futuro add-on llamado MotionPlus utilizan una serie de acelerómetros para determinar los movimientos que efectuamos con el mando y a continuación los transmiten a la consola, que se encarga de trasladar toda esta información a la pantalla. La idea es muy buena pero el conjunto adolece de falta de precisión, además de que sólo es capaz de captar una serie limitada de posiciones.

En cambio, el Truemotion 3D hace uso, o eso dicen en Sixense, la empresa que lo ha desarrollado, de un campo magnético (!!) con el que determina la posición de nuestra mano en un entorno 3D con una precisión de hasta 1 milímetro. El artefacto ya ha llamado la atención de gigantes como Activision y Electronic Arts. Viendo lo que permite hacer, no me extraña lo más mínimo:

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