Sin conexión a Internet durante 36 horas

Los habituales de Abadía habréis comprobado que en el día de ayer no actualicé el blog. ¿El motivo? Que mi proveedor de acceso a Internet -empieza por ‘T’ y acaba por ‘a’ – ha decidido tenerme 36 horas sin conexión.

Teniendo en cuenta los desaguisados que habréis padecido algunos de vosotros, quizás debería darme con un canto en los dientes por el ¿poco? tiempo que he estado offline, pero para seros sinceros la sensación que invade mi cuerpo ahora mismo no es precisamente de alivio. Es más, diría que estoy un pelín -bastante- cabreado.

Haciendo un profundo esfuerzo de contención, creo que la expresión que mejor define mi sentir actual es un hasta los huevos. Sí, definitivamente creó que es bastante precisa.

[MODE SARCASTIC ON] Dicho esto, y siendo justos con T, no puedo más que recomendaros que le déis una oportunidad, os hagáis clientes si todavía no lo sois y saboréis su extraordinaria red y su maravilloso servicio de atención al cliente.

¿Que de vez en cuando te dejan colgado, te tienen unos minutejos esperando cuando les llamas y después no son capaces de darte una explicación mínimamente convincente? ¡¡¡¡Bahhhh!!!! lo hacen por nuestro bien, para que no nos acostumbremos a que nos den las cosas hechas, para que si en un momento determinado tenemos un problema sepamos plantarle cara y no perdamos los nervios. Además, ¿qué sería de la vida sin un poquito de sal y pimienta? [MODE SARCASTIC OFF]

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