¿Por qué no se acaba con las vías de financiación de los spammers?

Iniciativas para acabar con el spam ha habido muchas en los últimos años, pero la única realidad palpable que cualquiera que posea una cuenta de mail puede atestiguar día sí y día también es que el correo basura sigue ahí, vivito y coleando, y que no parece haber forma humana de frenarlo.

Se han detenido a spammers, a unos cuantos de ellos se los ha condenado a penas de prisión, se han intervenido sus servidores, acabado con los botnets que utilizaban para controlar redes de millones de ordenadores zombies desde las que enviaban los correos, pero el problema sigue ahí.

¿Existe pues alguna manera de acabar con esta plaga? Un estudio poco convencional que han llevado a cabo 2 equipos de científicos de la Universidad de California concluye que sí, que es posible, aunque para conseguirlo se debe poner el foco no tanto en los spammers sino más bien en las estructuras que tienen montadas para financiarse.

Para llegar a dicha conclusión, han creado unas cuentas de correo, las han difundido por Internet, han desactivado los filtros antispam que pudiera haber y durante 3 meses han ido recopilando casi mil millones de mensajes no deseados. Y más importante aún: han hecho clic en miles de ellos y han comprado los productos que anunciaban.

No es que se hubieran vuelto locos ni que quisieran contribuir con su dinero a aumentar las ganancias de estos delincuentes cibernéticos, sino que pretendían identificar las compañías a las que se realizaban los pagos, saber cuántas eran, dónde tenían su sede y quién las controlaba.

Tras gastar varios miles de dólares en la compra de 120 productos, han descubierto que el 95% de las transacciones se efectúan únicamente a 3 empresas: una afincada en la República de Azerbaiyán, otra en Dinamarca y una tercera en San Cristóbal y Nieves.

¿Llamativo, no creéis? En opinión de Stefan Savage, uno de los científicos que ha participado en el estudio, bastaría con que Visa, Mastercard y American Express se negaran a autorizar pagos a estas y otras compañías que colaboraran con los spammers para asfixiar económicamente el negocio ligado a los correos basura.

Falta, claro está, que unos y otros se pongan de acuerdo y remen en la misma dirección. Mientras eso no suceda, seguiremos recibiendo toneladas de spam día sí y día también. Y es que, como señala otro informe publicado recientemente, para que estos indeseables ingresen 100 dólares por la venta de Viagra deben enviar aproximadamente 12,5 millones de mensajes. Casi nada al aparato.

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