¿Por qué han apostado por Firefox 3.0 Beta 5 en Ubuntu 8.04?

Hace algo más de un año que dejé de utilizar Windows XP y me pasé a Ubuntu. Aunque semanas antes de proceder al cambio pensé que me costaría lo mío acostumbrarme al nuevo entorno de trabajo, lo cierto es que el proceso de adaptación fue muy rápido. Mucho más de lo que creía.

Desde entonces no había tenido ningún motivo de queja sobre este SO. Hasta ahora. Me explico: el 24 de abril fue lanzado oficialmente Ubuntu 8.04 Hardy Heron, y días después todos los usuarios de Ubuntu 7.10 pudimos actualizar automáticamente a la nueva versión sin problemas.

Una vez finalizado el proceso, me sorprendió comprobar que el sistema había instalado Firefox 3.0 Beta 5 en detrimento de Firefox 2.0.0.14, la versión que había utilizado hasta ese momento. Más allá de la sorpresa inicial, al verla supuse que pese a ser una beta su funcionamiento rozaría la perfección.

Cuán equivocado estaba. Llevo semanas de cuelgues y más cuelgues. Uno detrás de otro. Tanto que no acabo de entender cómo es posible que con Ubuntu 8.04 hayan optado por incluir esta beta en lugar de continuar con la rama 2.x, estable como una roca. Yo, por lo pronto, acabo de volver a instalar Firefox 2.0.0.14, el navegador que utilizaré sí o sí hasta que Firefox 3.0 sea un producto más maduro.

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