Una cámara situada en la popa de una pequeña embarcación en marcha ha captado cómo un pez vela, que puede llegar a nadar a velocidades próximas a los 110 Km/h, ha aparecido de la nada en medio de la inmensidad oceánica y se ha puesto a perseguir a la barca mientras trataba de capturar unos coloridos cebos que simulaban el comportamiento de un pequeño banco de peces.