Esta semana Mozilla ha presentado la primera alfa de Firefox 3.1. Como siempre que aparece una nueva versión de este navegador, miles de blogs y sitios de noticias de todo el mundo se han hecho eco de su llegada y la han dado a conocer a millones de internautas. Poco ha importado que estemos ante un producto que se encuentra en una fase temprana de desarrollo y que presumiblemente aún tendrá un número considerable de bugs: el hype ha sido el mismo.
En los sucesivos meses, conforme vayan apareciendo las siguientes alfas y betas, se volverá a repetir el mismo proceso y, por enésima vez, una infinidad de portales volverán a dedicar sus portadas a hablar de este tema. Ojo, no critico esta ola de adoración masiva hacia Firefox, tan solo la constato. Soy el primero que ha dedicado un montón de posts a las sucesivas versiones que han ido apareciendo del mismo, pero eso no quita que, pensándolo friamente, quizá debamos convenir que estamos exagerando un poquito con este tema, ¿no creéis?.
Sí, Firefox se ha convertido en una marca de moda, en una de las puntas de lanza del software libre, en una demostración palpable de que un reducido grupo de desarrolladores pueden plantar cara a la mayor multinacional del software y crear el que probablemente sea el mejor navegador del momento, pero… lo cierto es que existen otras opciones disponibles de las que apenas si se habla. Hemos llegado a un punto en el que una alfa de Firefox copa bastantes más titulares que la versión final de cualquier otro navegador.
Significativo es, por ejemplo, que prácticamente no se hable nada de Internet Explorer 8. Desde luego, la política de comunicación de Microsoft no es todo lo buena que cabría esperar, en nada ayuda que hayan decidido espaciar tanto en el tiempo las sucesivas betas de IE8 y, al menos desde mi punto de vista, no acabo de entender que no estén sacando más provecho a sus sitios en Internet para dar a conocer más y mejor las nuevas funcionalidades que incorporará el navegador.
Pero, en todo caso, no deja de ser relevante que a estas alturas muy poca gente sepa que la versión final de Internet Explorer 8 saldrá, si no hay imprevistos de última hora, antes de que finalice el año. ¿No falla algo aquí? Guste o no, IE cuenta con una cuota de mercado de más del 70%, mientras que la de Firefox se sitúa en torno al 25%. Aún así, se habla mucho más del segundo que del primero.
¿No se merece este 70% de los internautas unas mayores dosis de información sobre el navegador que utilizan por más que a quienes tenemos un pequeño espacio en la red nos parezca más ‘cool’ hablar de Firefox? Como he dicho antes, es probable que en Microsoft no cuenten con los mejores relaciones públicas del mundo, pero aún así la cosa sorprende. Y mucho.