Microsoft ofrece 44.600 millones de dólares por Yahoo

Estamos, sin duda, ante la que puede ser la noticia del año. Más que una noticia, es un NOTICIÓN. Microsoft ha presentado una oferta de compra por Yahoo. Y para convencer a sus accionistas, ofrece 44.600 millones de dólares por la compañía. O lo que es lo mismo, 31 dólares por acción, un 62% del valor que tenían los títulos a día de ayer.

La oferta es, a priori, muy jugosa para los sufridos accionistas de Yahoo. Especialmente si tenemos en cuenta que la valoración bursátil de esta empresa ha bajado un 32% en el último año. De ahí que la propuesta de adquisición haya sido recibida con júbilo en los parqués, donde las acciones del portal de Internet se han disparado un 59% en un suspiro. Más de uno debe estar aplaudiendo con las orejas.

Dicho esto, ahora cabe preguntarse para qué quiere comprar Microsoft a Yahoo. De acuerdo, va a quedarse con el portal más visitado de Internet, con un servicio de correo inmensamente popular y con una empresa que, aunque no presenta los resultados económicos de antaño, sigue obteniendo grandes beneficios ejercicio tras ejercicio, pero… ¿qué valor añadido le va a aportar a Microsoft? ¿De qué manera va a servirle para competir con Google, el gran coco de Internet?

La supremacía de Google en la Red es incuestionable. Y seguirá siéndolo mientras cuente con el mejor motor de búsqueda y el sistema publicitario más utilizado. Es indudable que una posible fusión permitirá ahorrar muchos costes por las sinergias que se producirán. Así mismo, la suma de los usuarios de Yahoo Search y Live dará a Microsoft una fuerza que no tiene a día de hoy, pero aún seguirá estando a años luz de los visitantes que mueve el buscador de Google. Y lo más importante, seguirá sin contar con una tecnología superior a la de su competidor.

Tiempo habrá para, de manera más pausada y con más datos en la mano, evaluar las verdaderas consecuencias de una adquisición de estas proporciones, pero a primera vista me da la sensación que los servicios que ofrecen una y otra son muy, muy, muy parecidos. Son, a fin de cuentas, más de lo mismo. De ahí que no acabe de ver clara esta compra.

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