La noticia la adelantó el viernes el New York Post y en sólo unas horas corrió como la pólvora siendo el tema de portada de periódicos, televisiones, radios, portales de Internet y, por supuesto, blogs de todo el mundo. Según el rotativo norteamericano, Microsoft estaba decidida a comprar Yahoo por 50.000 millones de dólares, en lo que podía suponer la mayor operación de la historia de Internet.
Antes de que acabara el día, y ante el lógico revuelo que se formó tras conocerse esta noticia bomba, fue la propia Microsoft la que filtró que se habían dado por rotas las negociaciones… lo que denota el interés real que tenían -¿y siguen teniendo?- por adquirir Yahoo. Y eso me descoloca porque no consigo entender los beneficios que le podría reportar esta compra.
De nada sirve hacerse con el portal más visitado de Internet (Yahoo) cuando ya tienes el segundo (MSN); de nada sirve gastarse 50.000 millones de dólares sino vas a conseguir a cambio una tecnología rompedora, completamente innovadora y que marcará una gran diferencia con la competencia; de nada sirve, en definitiva, comprar a precio de oro una compañía que es más de lo mismo que Microsoft.
Puestos a irse de shopping se me ocurren un buen número de servicios web novedosos, muy populares, con un precio relativamente asequible y que cuentan con una audiencia mayoritariamente joven, algo que necesita como el comer Microsoft. Ya puestos, podrían invertir unos cuantos dólares en mejorar el vetusto aunque inmensamente popular Hotmail. Bastaría con que copiasen (sin que se notara demasiado) algunas de las funcionalidades de Gmail.
Hecha esta pequeña puntualización, lo que necesita la multinacional del software es desarrollar un motor de búsqueda con el que puedan plantar cara a Google. Eso o liarse la manta a la cabeza y comprar directamente al ogro ahora que aún están a tiempo. Será por dinero…