¿Los canis hablan 2 idiomas? Aiko, un robot, sí

A finales del año pasado, algunos medios de comunicación británicos y estadounidenses centraron su atención por unos días en Aiko, un robot con aspecto de mujer que había desarrollado un ingeniero canadiense de origen asiático llamado Le Trung. El súbito interés que mostraron, eso sí, no era debido a que el androide fuera capaz de reconocer rostros humanos, pronunciar miles de frases e interactuar con el entorno, sino a que, según los periodistas que recogieron la noticia, había sido creado para ejercer el papel de robot-esposa que sumisamente le leía el periódico a su creador, le limpiaba la ropa y le hacía compañía (?!).

Han pasado 8 largos meses desde entonces y, como casi siempre, el tiempo ha puesto a cada uno en su lugar. Lo que se vendió como un androide compañía, si es que eso existe hoy en día, sigue mejorando poco a poco, aunque más a nivel de software que de hardware, todo sea dicho.

De hecho, hace sólo unos días Trung ha dado a conocer las mejoras que incorpora la nueva versión del sistema operativo que impulsa a Aiko, y algunas me han llamado la atención. Por ejemplo, ahora el robot puede expresarse en 2 idiomas -inglés y japonés-, tiene la capacidad para solventar problemas matemáticos de nivel ESO -o sea, sumas y restas-, comprende el significado de unas 13.000 frases distintas, puede leer periódicos y revistas, tararea algunas canciones e incluso identifica determinados objetos.

Todo eso está muy bien, pensaréis muchos, pero… ¿tiene o puede llegar a tener salida comercial un producto de estas características? Yo no las tengo todas conmigo, pero Trung, obviamente, dice estar convencido que sí. Claro que lo raro sería que dijera que no

En su opinión, Aiko podría ser de mucho utilidad a personas mayores, ya que podría recordarles por ejemplo la hora a la que deben tomarse sus medicamentos y les leería periódicos. También cree que cabría la posibilidad de utilizarlo para atender a clientes en hoteles o conferencias e incluso para ayudar a los niños a hacer sus deberes.

Yo, a decir verdad, soy muy escéptico al respecto. Aún así, y como ya sabéis quienes leéis Abadía con cierta regularidad, este tipo de desarrollos me encantan. Sí, aunque sean poco prácticos sonrisa

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