Productos de calidad, excelencia en el servicio, seriedad, diseño diferenciado, cierto elitismo, apuesta por la innovación, algo de rebeldía, carisma de su creador y, por supuesto, oposición a un imperio monopolista. Todos ellos son factores fundamentales a la hora de conseguir que una marca consiga calar hondo entre los consumidores, incluso entre los que compran los productos de la competencia.
Eso es precisamente lo que ha conseguido Apple, que de acuerdo a un informe presentado por Satmetrix Systems se ha convertido en la compañía tecnológica mejor valorada, por delante incluso de Google. Y ese es un dato muy a tener en cuenta, sobre todo si tenemos en cuenta que la imagen de una marca suele empeorar en la medida que aumentan sus ventas y pasa a ser un gigante dentro de su sector.
Que se lo digan sino a Microsoft o, sin ir tan lejos, a Iberia después del enésimo desaguisado que han protagonizado los señoritos del SEPLA.