Europa quiere restringir aún más las libertades en Internet

El año pasado os hablé en más de una ocasión de la polémica directiva europea sobre retención de datos que aprobó el Consejo de Ministros comunitario y que establece, entre otras lindezas, que los estados miembros de la UE deberán incorporar a su legislación interna en un plazo máximo de 24 meses un punto que obligue a las operadoras de telecomunicaciones a guardar la información necesaria para identificar a las personas que realicen una llamada telefónica o una comunicación electrónica.

La medida fue planteada tras los atentados de Madrid y Londres, y tiene como objetivo prioritario que las autoridades competentes puedan disponer, previa autorización judicial, de los datos necesarios para saber quién lleva a cabo una llamada y la duración de la misma, aunque no su contenido. Para ello, las telecos van a tener que almacenar datos relativos a los números de teléfono de los comunicantes, sus nombres, direcciones e incluso la operadora con la que se llevó a cabo la llamada.

Como véis, la directiva tiene miga, pero da toda la impresión de que para algunos estados no es suficiente. Tal es el caso de Alemania y Holanda, cuyos gobiernos han presentado unas propuestas que en caso de aprobarse limitarían aún más las posibilidades de sus ciudadanos cada vez que acceden a Internet.

Por surrealista que pueda parecer el ministerio de justicia germano quiere prohibir el uso de información falsa para crear cuentas de email, una práctica ampliamente extendida en la Red para evitar el spam o sencillamente para preservar la privacidad de quienes las suscriben. Peter Fleischer, abogado de Google especializado en temas de privacidad, ya ha dejado ir que la posible aplicación de esta ley haría necesaria la implementación de algún sistema de autentificación que entrara en acción en cuanto un ciudadano alemán quisiera crearse una cuenta de correo electrónico.

En el caso de los Países Bajos, la propuesta de ley busca que las operadoras de telecomunicaciones tengan la obligación de guardar la información necesaria para determinar la localización exacta de cualquier llamada telefónica que se haya realizado con un móvil. Un disparate vaya.

Espero sinceramente que estas medidas acaben siendo rechazadas, porque en caso contrario mucho me temo que antes o después las veremos implementadas por estos lares.

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