Empresas del sector tecnológico se empiezan a replantear cómo gestionar sus derechos de autor

A lo largo del 2004, y al igual que viene sucediendo desde hace años, IBM fue la compañía que registró más patentes -3.248- en todo el Mundo. Las licencias que concedió a terceras empresas para que las usaran permitieron que la multinacional norteamericana ganara más de 1.000 millones de dólares. Es por ello que algunos expertos se preguntan el porqué de la nueva política que IBM y otras empresas del sector han iniciado recientemente y que consiste en compartir cientos de patentes de su propiedad de manera gratuita.

En este sentido viene bien recordar que el gigante azul anunció el pasado enero que liberaría 500 patentes relacionadas con la gestión del comercio electrónico, procesamiento de imagen, tratamiento de datos y comunicaciones en Internet. Fuentes de la empresa aseguraron además que seguirían dando nuevos pasos en esta dirección.

Y han cumplido su palabra, ya que este mes han explicado que todas sus contribuciones futuras -entiéndase patentes- a la Organization for the Advancement of Structured Information Standards serán de manera gratuita. En un futuro a corto plazo, John E. Kelly, vicepresidente de IBM, ha asegurado que continuarán liberando patentes, pero que «no se van a volver locos».

Este nuevo camino tomado por la multinacional estadounidense está siendo seguido por otras compañías relacionadas con las Nuevas Tecnologías, que han comenzado a variar la postura que venían manteniendo hasta ahora en relación al uso que dan a patentes de su propiedad.

Uno de los motivos esgrimidos desde el sector para este cambio de tendencia se fundamenta en que cada día deben aumentar su productividad y los beneficios que obtienen, del mismo modo que el tiempo de desarrollo de sus nuevos productos debe acortarse.

Y una de las maneras más efectivas que han encontrado para alcanzar sus propósitos pasa por compartir información con otras empresas del sector, proveedores y clientes corporativos.

Steven Weber, director del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Berkeley, opina que ello está ocasionando que se esté poniendo en cuestión qué partes de la propiedad industrial deben ser compartidas y cuáles no.

Otro de los motivos para compartir determinadas ideas radica en que son necesarios estándares abiertos, utilizados por amplios sectores, para que a partir de ellos se puedan generar nuevas áreas de negocio. El ejemplo más claro de ello ha sido Internet, en el que el uso de estándares públicos ha permitido que las comunicaciones a nivel global fueran posibles a muy bajo coste.

Así pues, cada vez son más las empresas relacionadas con las nuevas tecnologías que empiezan a cuestionarse la viabilidad de la propiedad industrial entendida como hasta ahora. Y es que, si bien es necesario que se sigan manteniendo los incentivos en forma de patentes hacia aquellas empresas que invierten enormes cantidades en investigación, no es menos cierto que fomentar estándares técnicos abiertos debe ser una prioridad si se quiere mejorar la salud del sector tecnológico.

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