Científicos de la Universidad de Gotemburgo han descubierto en las costas de Suecia y California 9 nuevas especies de pequeños gusanos marinos que, milagros de la naturaleza, se alimentan única y exclusivamente de los huesos de los animales más grandes que pueblan la tierra: las ballenas.
Cuando los cetáceos mueren y caen hasta el fondo de los óceanos, tiburones, agnatos y demás especies de peces carnívoros y necrófagos se alimentan de la carne de sus cuerpos hasta dejar sólo los huesos. Es en ese punto cuando nuestros nuevos ‘amiguitos’ entran en acción.
Con sólo 2 centímetros de longitud, el esqueleto de una gran ballena puede alimentar a las sucesivas generaciones de estos gusanos de las profundidades durante periodos de tiempo de hasta 20 años. Una vez se quedan sin comida, deben desplazarse en busca de una nueva pieza de la que alimentarse. Cómo lo hacen es todavía un misterio, aunque se cree que se ayudan de las corrientes marinas para lograrlo.