Los productores de Star Wars cometieron en 1977 una de las mayores pifias empresariales del siglo XX al ceder todos los derechos derivados de la explotación del merchandising de la película a un tal George Lucas. Convirtieron así en multimillonario a un director mediocre que, todo hay que decirlo, ha sabido rentabilizar al máximo la saga más conocida de la historia del cine.
En los últimos 30 años han aparecido miles y miles de productos relacionados con esta franquicia. Pósters, videojuegos, camisetas, pelotas, muñecos, banderas, libros, pseudo-robots… cualquier objeto ha sido aprovechado para tal menester y ha contribuido a engordar las arcas de Mr Lucas. Y bien que ha hecho.
Entre los informáticos y los aficionados a las nuevas tecnologías hay, como no podía ser de otra manera, muchos aficionados a Star Wars. ¿Más que en otros sectores? No me atrevería a asegurarlo, pero me da la impresión que sí. Sin ir más lejos, hace un par de meses dediqué una entrada a un tipo que había convertido la torre de su ordenador en un R2D2 y había detallado el proceso que había seguido para lograrlo en su web con el objeto de que todo aquél que tuviera algo de gracia con las manualidades y mucho tiempo libre se lanzara a probarlo.
Hoy os traigo otro de esos casos raros: una tienda online ha puesto a la venta un R2D2 de 61 cm de altura que es en sí mismo un cubo de la basura. Juzgad por vosotros mismos:
Por lo que se puede ver en las fotografías que suministra la empresa, el aspecto y la caracterización del personaje parecen muy buenos, aunque no sé yo si eso compensa los 148 dólares que piden por el invento. Debe ser una de las papeleras más caras de la historia del universo. Yo, en todo caso, seguiré con la mía de plástico que compré en el todo a cien de mi barrio