Uno de los grandes prejuicios a los que se han tenido que enfrentar las diferentes distribuciones de GNU/Linux ha siempre el de que eran muy difíciles de utilizar. De hecho, en más de una ocasión he escuchado decir a sesudos ingenieros que se pasan el día programando que Linux es recomendable sólo para aquellas personas que posean unos elevados conocimientos de informática, puesto que un usuario medio habituado a Windows no sabrá qué hacer ante un entorno de trabajo diferente al de Microsoft.
Nada más lejos de la realidad. Cualquier persona con unas nociones básicas de lo que es un sistema operativo y cómo se maneja no va a tener ningún problema al pasarse al software libre.
Fijaros sino en Ubuntu for your grandmother, una página en la que un chico relata paso a paso cómo ha conseguido que su abuela comience a utilizar Ubuntu de la manera más natural. Y si una señora que lo más que había hecho con un ordenador era jugar alguna que otra partida al Tetris ha conseguido habituarse con facilidad a una distribución de Linux, es que cualquiera puede hacerlo