Un joven inglés de 22 años ha sido sentenciado a 140 horas de servicios en favor de la comunidad y al pago de 1.200 euros después que se haya demostrado que vendía consolas Xbox modificadas que incluían un disco duro de 200GB donde instalaba hasta 80 videojuegos de manera fraudulenta. Asimismo, le han requisado su equipo informático, compuesto por 3 PCs, 2 fotocopiadoras, 3 Xbox y 38 discos duros.
El precio que este individuo sacaba por cada venta ascendía hasta los 575 euros, y ha sido llevado ante la justicia después que representantes de la industria del videojuego británica (ELSPA) hayan ayudado a la policía a dar con él.
Tras conocerse la condena, Michael Rawlinson, director general de ELSPA, ha expresado su satisfacción asegurando que «este caso supone un hito en la lucha contra la piratería». En su opinión, la sentencia «envía un mensaje claro a cualquier persona que pensara modificar consolas ya que se trata de un acto criminal que será perseguido».
Y es que en el Reino Unido es ilegal modificar consolas desde octubre del año 2003, momento en el que este país adoptó la directiva europea en favor del copyright.