Comienza en Bruselas el juicio contra Microsoft

Ayer comenzó en Bruselas el juicio que enfrenta a la Unión Europea y a Microsoft y en el que el organismo comunitario acusa al gigante norteamericano de prácticas monopolísticas y abuso de posición dominante.

Las desaveniencias entre unos y otros comenzaron en marzo del ya lejano 2004, cuando la Comisión Europea sancionó a Microsoft con una multa récord de 497 millones de euros y estableció que debería vender sus sistemas operativos sin el reproductor Media Player instalado y proporcionar información a sus competidores para que estos pudieran comercializar productos optimizados para Windows. El objetivo que se perseguía era acabar con la posición de dominio de la empresa norteamericana y facilitar la libre competencia con otras compañías informáticas.

Pero si algo le sobra a Microsoft es dinero, por lo que no tuvo ningún problema en abonar la cantidad requerida. Muchas más reticencias presentó a la hora de comercializar Windows XP sin el reproductor Media Player instalado de serie, aunque finalmente tuvo que cumplir con los requerimientos de la justicia europea.

En cambio, la empresa de Bill Gates considera especialmente lesivo para sus intereses el tener que facilitar parte del código fuente de su sistema operativo a terceras compañías para que estas puedan desarrollar productos a medida para sus clientes. Y es que en los cuarteles generales de Microsoft creen que la postura de la Unión Europea viola sus derechos de propiedad intelectual y pone en peligro la innovación que siempre ha acompañado a su empresa.

Así pues, conscientes de la trascendencia que va a tener la vista que se está celebrando esta semana, Microsoft ha puesto toda la carne en el asador y ha desplazado a Bruselas un equipo compuesto por 109 abogados, que superan ampliamente a los 10 letrados que representan a la Unión Europea.

Es difícil predecir lo que dictaminarán los 13 jueces encargados de llevar adelante el caso, pero si algo es evidente, es que si el resultado es contrario a los intereses de Microsoft nos encontraremos ante un punto de inflexión que marcará un ante y un después en la historia reciente de la multinacional estodounidense.

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