Un estudio presentado este mes en la publicación Geophysical Research Letters por un grupo de científicos estadounidenses y británicos concluye que Dione, un satélite de 1.122 kilómetros de diámetro que orbita alrededor de Saturno, posee una pequeña capa de oxígeno a su alrededor.
El hallazgo ha sido posible tras analizar pormenorizadamente los datos captados por el instrumental a bordo de la nave espacial Cassini cuandó pasó cerca de esta luna el 7 de abril de 2010.
Pero aun a pesar de la presencia de una capa de O2, tan fina que sus descubridores prefieren llamarla exosfera en lugar de una tenue atmósfera, conviene señalar que en Dione no se dan las condiciones necesarias para que se desarrolle la vida al no haber agua en estado líquido.
Andrew Coates, uno de los autores del informe, sostiene en cambio que este descubrimiento respalda la teoría que sugiere que todos los satélites de Saturno y Júpiter podrían tener oxígeno, circunstancia ésta que haría recomendable enviar una aeronave para observarlos con gran atención dado que algunos de ellos sí que disponen de océanos líquidos.
Es el caso de Encélado, otra luna de Saturno en la que se cree que hay agua bajo su superficie helada. Lo mismo sucede con Europa, Calisto y Ganímedes, que orbitan alrededor de Saturno.