Bagvertising

Desde tiempos inmemoriales hemos asociado los minutos que dedican las televisiones a los anuncios publicitarios como el momento ideal para ir al cuarto de baño, a buscar alguna bebida o a charlar de cualquier cosa que se nos pase por la cabeza. ¿El motivo? Que la mayor parte de los productos que aparecen no nos interesan lo más mínimo y que, para más inri, los spots son un compendio de tópicos carentes de imaginación que producen vergüenza ajena.

Pensad sino en los anuncios de detergentes, productos lácteos, champús, paté la piara (esta compañía me ha venido traumatizando desde renacuajo), tonos para móviles, bancos, los de Chuck Norris…

Bueno, y eso por no hablar del spot de una compañía que vende «extracto de baba de caracol» ¡como producto de belleza!. Si acaso los únicos que se salvan son los de algunas marcas de coches, pero no dejan de ser la excepción en un sector conservador como pocos y que lleva repetiendo el mismo tipo de mensaje desde hace décadas.

Por eso me ha llamado especialmente la atención un nuevo fenómeno, llamado bagvertising, que consiste en utilizar las bolsas de las tiendas para hacer un tipo de publicidad muy original e impactante a nivel visual. Mirad sino algunos de los ejemplos reales que os muestro a continuación:

En un mercado donde la competencia es cada vez más dura, es una buena forma de fijar la atención de potenciales compradores hacia una marca en concreto. Imaginad sino que vais por la calle y os encontráis algo así:

Bagvertising

¿Sorprendente, verdad? sonrisa

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