¿El videojuego es cultura? Entonces enchufad el P2P

La Comisión de Cultura del Congreso aprobó ayer por unanimidad que las empresas españolas que se dedican al sector de los videojuegos deben ser consideradas como «protagonistas de nuestra cultura», de tal manera que van a poder acceder a las ayudas estatales para la promoción y financiación de los títulos que lancen y además van a ser incorporadas de pleno en el plan de apoyo que el gobierno dedica a las industrias del cine y de la música.

Los videojuegos siempre han sido calificados desde los organismos oficiales como un puro entretenimiento y, por lo general, las empresas desarrolladoras no han recibido subvenciones de carácter público que fomentaran la mejora de sus productos o que atrajeran a emprendedores hacia este sector.

La idea no me parece mala. Claro que tiene sus consecuencias. La Ley de Propiedad Intelectual establece que los ciudadanos tenemos derecho a realizar copias, siempre y cuando sean para uso privado y no exista ánimo de lucro, de todo aquel material cultural que consideremos oportuno. Y si los videojuegos son cultura, pues… sonrisa

Concretamente, el artículo 31 de la Ley de Propiedad Intelectual establece, en su segundo punto, lo siguiente:

Artículo 31. Reproducciones provisionales y copia privada.

2. No necesita autorización del autor la reproducción, en cualquier soporte, de obras ya divulgadas cuando se lleve a cabo por una persona física para su uso privado a partir de obras a las que haya accedido legalmente y la copia obtenida no sea objeto de una utilización colectiva ni lucrativa, sin perjuicio de la compensación equitativa prevista en el artículo 25, que deberá tener en cuenta si se aplican a tales obras las medidas a las que se refiere el artículo 161. Quedan excluidas de lo dispuesto en este apartado las bases de datos electrónicas y, en aplicación del artículo 99.a), los programas de ordenador.

Así pues, desde el momento en que entre en vigor lo aprobado por la Comisión de Cultura del Congreso pasará a ser legal el realizar copias privadas de videojuegos, de los que hasta ahora sólo se podían hacer copias de seguridad. A cambio, las empresas que consideren que se ven afectadas por este hecho podrán acceder a una remuneración en forma de canon.

Dicho esto, cabría preguntarse si realmente este es un sector que pueda ser considerado como cultural. Lo mismo digo para la música y el cine. En mi opinión, y salvo contadas excepciones, estamos ante industrias del entretenimiento/espectáculo. Y es que, por mucho que algunos quieran hacerme pensar lo contrario, las canciones de David Bisbal no son cultura, como tampoco lo son las películas del José Luis Garci de turno.

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