NGC 2024 o, como es más conocida, la nebulosa de la Flama, es una nebulosa de emisión que se halla en la región oriental de la constelación de Orión, a una distancia de unos 1.400 años luz. Sus tonalidades rojizas recuerdan a las de un objeto gigantesco en llamas y son las responsables del nombre con el que fue bautizada.
Está iluminada por Alnitak Aa, una supergigante azul que se estima que tiene 20 veces la masa del Sol. La luz ultravioleta que proyecta sobre la nebulosa de la Flama ioniza sus nubes de hidrógeno y les hace perder los electrones. Su color tan característico es el resultado precisamente de la recombinación posterior de esos electrones con el hidrógeno ionizado.
El estudio de la nebulosa de la Flama ha puesto de manifiesto que las estrellas situadas en sus capas exteriores se formaron hace unos 200.000 años, mientras que las que se encuentran más próximas a su núcleo son más antiguas y tienen edades de en torno a 1,5 millones de años.
Esta nebulosa forma parte del complejo molecular de la nube de Orión, un grupo de nebulosas con un diámetro de cientos de años luz que se puede observar con la ayuda de prismáticos o telescopios pequeños. Es una región muy activa de formación estelar e incluye a la nebulosa Cabeza de Caballo, a la que dediqué un artículo meses atrás.
Mencionar para acabar que la imagen superior fue tomada el 11 de diciembre de 2009 por el telescopio reflector VISTA ubicado en el Observatorio Paranal de Chile, un complejo gestionado por el Observatorio Europeo Austral.