Confirmado: las grandes discográficas se aprovechan de los artistas para forrarse

Soy el antiguo cantante de una banda de los años ’60. Actué ante miles de personas en el Atlanta International Pop Festival, el Miami Pop Festival, el Newport Pop Festival y el Atlantic City Pop Festival. No he despilfarrado mi dinero en drogas o en una casa lujosa. Hubo de transcurrir desde 1967 hasta 1994 antes de que viera mi primer cheque por el cobro de mis derechos de autor.

Los gigantes de la música para los que trabajé sólo me pagaron por 7 de mis álbums. Nunca he visto un penique en concepto de royalties de los otros 10 discos que grabé. Nuestra canción de más éxito fue licenciada a aproximadamente 100 películas, espacios televisivos y anuncios sin nuestro permiso.

Una gran cadena de televisión utilizó nuestra canción para un anuncio emitido a nivel nacional y la paga que me llegó fue de 625 dólares. Tengo 72 años y trato de vivir con 1.200 dólares al mes. Sweet Relif, una organización caritativa, recoge donaciones para mí. Sólo el 1% de los artistas puede permitirse demandar a las discográficas. Yo pertenezco al otro 99%.

La persona que se esconde tras el disco de oro y ese gran cartel de denuncia es Lester Chambers, antiguo cantante del grupo de soul rock The Chambers Brothers. Su canción más conocida fue Time Has Come Today, un tema que ha sido versionado, entre otros, por los Ramones, Joan Jett o Willy DeVille y ha aparecido en películas como The Zodiac y en series tan conocidas como CSI, Anatomía de Grey y Me llamo Earl.

ETIQUETAS: General