El 27 de septiembre del año 1901, el periódico de Nebraska Lincoln Evening News publicó un artículo en el que explicaron a sus lectores cómo serían los trenes del futuro, qué tecnologías utilizarían e incluso las velocidades que alcanzarían. Acompañando al texto incluyeron una ilustración, que tenéis bajo estas líneas, en la que mostraron el aspecto que ellos creían que tendrían estos artefactos:

Debo confesaros que me ha sorprendido sobremanera comprobar cómo hace más de 100 años ya había quien plasmaba sobre el papel diseños de este calibre. Pero aún me ha dejado más anodadado si cabe la lectura del texto en cuestión, ya que en el mismo se explicitan detalles muy interesantes acerca de la forma en que imaginaban por aquel entonces que funcionaría el tren.

Tal y como se puede observar en la imagen que encabeza esta entrada, trabajaban con la idea de que el convoy sería impulsado por hélices gigantescas que funcionarían con electricidad y que permitirían viajar a velocidades de hasta 965 kilómetros por hora.

La superficie exterior estaría construida en aluminio, habría amplias zonas acristaladas y el interior contaría con asientos realizados en maderas nobles. El tren viajaría sustentado sobre 2 raíles y podría llevar hasta a 23 pasajeros por trayecto.

Lo que todavía no tenían muy claro es cómo harían para frenar al convoy de una manera lo suficientemente suave como para que los viajeros no acabaran aplastados los unos con los otros cuando se aproximaran a una estación. Pequeños inconvenientes inherentes a diseños tan vanguardistas como sin duda lo fue éste

Lycos Europe, el portal que nació a finales de los años ’90 fruto de una alianza estratégica entre Lycos Inc y Bertelsmann ha anunciado que va a cerrar sus puertas definitivamente. La decisión llega después de que no haya aparecido ni un solo comprador interesado en hacerse con el mismo desde que en abril se pusiera a la venta.

Ante esta tesitura, sus todavía propietarios han explicado que ahora van a tratar de vender los nombres de dominio, así como la plataforma de comunicación Jubii, una herramienta para el acceso centralizado a diferentes servicios de comunicación y compartición de archivos en Internet. El objetivo es que ambas operaciones les reporten unos beneficios de unos 50 millones de euros.

Un triste final para un proyecto que nació con unas expectativas muy altas pero que, al igual que le ha pasado a su empresa matriz, hace mucho que dejó atrás sus tiempos de gloria para acabar convirtiéndose en una sombra de lo que llegó a ser en plena época de las punto.com.

Hay cosas que sólo pueden pasar en Japón. Cosas como que unos aficionados a la informática cojan la carcasa de una Dreamcast, la sexta y última consola que sacó Sega, y metan en su interior un PC. Y eso es precisamente lo que ha hecho la gente de Akiba PC, una tienda japonesa que exhibe estos días en sus escaparates este ordenador tan poco convencional.

La máquina cuenta con una placa base dotada de un chipset 780G, una tarjeta gráfica ATI Radeon HD 3200, 4 GB de RAM, un disco duro de 160 GB, un reproductor Blu-ray, un puerto HDMI y otros 4 USBs situados en la zona donde se conectan los mandos en la consola original. En principio, no está previsto que se ponga a la venta. Una pena, porque compradores no le faltarían.

Si vives en Estados Unidos, te da por descargarte canciones por Internet y tienes la desgracia de que la Recording Industry Association of America (RIAA) te pilla y te demanda, estás bien jodido. La legislación estadounidense es muy restrictiva en este tipo de materias y avala los posicionados de las discográficas.

Pueden dar buena cuenta de ello las decenas de miles de personas que se han visto obligadas a llegar a acuerdos extrajudiciales con la industria para no tener que hacer frente a unos juicios que probablemente perderían y que además les supondrían unos gastos en abogados que no están al alcance de todos los bolsillos.

Se pueden contar con los dedos de una mano las ocasiones en que los demandados han conseguido darle la vuelta a la tortilla y han salido victoriosos del embite legal. De ahí que, a modo de pequeño homenaje, suelo hacerme eco de los mismos en Abadía con artículos en los que aprovecho para despotricar, espero que elegantemente, acerca de los postulados de la RIAA, la MPAA y de paso de la SGAE y PROMUSICAE, las versiones hispanas de las entidades anteriormente citadas.

En esta ocasión, quien ha plantado cara a la RIAA no ha sido un particular, sino una Universidad. La Universidad de Boston, para ser más exactos, que en su momento se negó a facilitarle a los sellos musicales los datos que estos le habían solicitado para poder poner nombre a los estudiantes que supuestamente se habían descargado canciones de sus representados sin tener la autorización pertinente.

Los asesores legales de la Universidad norteamericana justificaron su postura argumetando que no podían determinar la identidad exacta de los alumnos que habían hecho uso de los ordenadores del campus para bajarse los discos de sus artistas favoritos.

Y se han salido con la suya, puesto que en el día de ayer, Nancy Gertner, la jueza que lleva el caso, resolvió en favor del centro educativo en una sentencia en la que deja claro que los informes presentados por la UB atestiguan convenientemente que no es posible identificar a los infractores con un grado de certeza suficiente. O sea, que por una vez la RIAA ha visto frustradas sus aspiraciones. Mala suerte. Para las discográficas, claro

La aparición de la Wii y de su mando Wiimote han supuesto un soplo de aire fresco para la industria del entretenimiento electrónico, que aún hoy sigue contemplando con una mezcla de incredulidad y estupefacción cómo el ingenio de Nintendo se ha convertido en la consola de nueva generación que con diferencia más se está vendiendo en todo el mundo.

Y eso a pesar de sus evidentes limitaciones técnicas y de que tanto la PS3 como, sobre todo, la Xbox 360 cuentan con un catálogo bastante más amplio y de más calidad. Pero ninguna de las muchas virtudes de sus contendientes han bastado para frenar la atracción que ha generado entre millones de personas la posibilidad de disfrutar de un estilo de juego diferenciado y asentado en un mando que captura nuestros movimientos y los lleva a la pantalla con más o menos precisión.

Fruto del éxito de la Wii, han comenzado a aparecer dispositivos que apuestan por aumentar la interactividad de los videojuegos en base a aplicar técnicas muy similares a las que ha popularizado Nintendo. De todos los que he visto hasta la fecha, el que más me ha impactado ha sido el TrueMotion 3D del que os voy a hablar ahora.

Tanto el Wiimote como su futuro add-on llamado MotionPlus utilizan una serie de acelerómetros para determinar los movimientos que efectuamos con el mando y a continuación los transmiten a la consola, que se encarga de trasladar toda esta información a la pantalla. La idea es muy buena pero el conjunto adolece de falta de precisión, además de que sólo es capaz de captar una serie limitada de posiciones.

En cambio, el Truemotion 3D hace uso, o eso dicen en Sixense, la empresa que lo ha desarrollado, de un campo magnético (!!) con el que determina la posición de nuestra mano en un entorno 3D con una precisión de hasta 1 milímetro. El artefacto ya ha llamado la atención de gigantes como Activision y Electronic Arts. Viendo lo que permite hacer, no me extraña lo más mínimo:

Este teclado tan glamouroso de color rosado tenía todos los números para ser uno más de los innumerables fakes que corren por la Red fruto de la imaginación aderezada con unas dosis de Photoshop de algún anónimo internauta, pero en este caso la ficción se ha tornado en realidad.

El teclado para rubias cuenta con todas y cada una de las funcionalidades de las que hacen gala el resto de teclados que podamos encontrar en las estanterías de un centro comercial, pero además añade una serie de peculiaridades que lo hacen, no sé si único, pero cuando menos sí ‘diferente’.

Para empezar es de color rosa chillón, algo nada común. Pero lo más llamativo es, sin lugar a dudas, la singular denominación que tienen muchas de sus teclas. Entre todas ellas encontramos algunas tan curiosas como la ‘Tecla totalmente inútil’ (Ctrl), la de ‘¡Cuidado! Letras de tamaño XXL’ (Bloqueo Mayúsculas), la de ‘¡Sí! ¡Lo quiero!’ (Intro), la de ‘¡No!’ (Esc), la de ‘¡Oooops!’ (Retroceso) o la de ‘La más Importante: Necesito mi Espacio’ (Espaciador).

Para dar a conocer el teclado se ha puesto en marcha una web muy efectista desde la que, aparentemente, se puede adquirir esta rareza a un precio de 49,95 dólares. Y digo ‘aparentemente’ porque si bien existe un apartado en el que se pueden introducir los datos personales y efectuar el pago, no he completado el proceso y no me atrevo a aseverar con rotundidad la veracidad de un producto tan, digámoslo así, sui generis

Estaba cantado que antes o después las grandes compañías de videojuegos iban a seguir los pasos marcados por las discográficas norteamericanas agrupadas en torno a la RIAA y comenzarían a ponerse serias para tratar de evitar o, al menos minimizar, la descarga de videojuegos a través de las redes P2P. Ese día, parece, ha llegado.

Eso es lo que se desprende de la consulta que ha realizado un usuario de Slashdot a la comunidad del sitio norteamericano, en la que explica que la Entertainment Software Association (ESA), una entidad que representa los intereses de compañías tan conocidas como Nintendo, Capcom, Ubisoft, Konami, Microsoft, Sega, Sony o Square Enix, se ha puesto en contacto con la organización en la que trabaja para comunicarles que un usuario de su red se ha bajado videojuegos mediante el programa Limewire.

En la carta que han recibido se especifica incluso la IP del infractor y se deja claro que descargar y/o compartir este tipo de programas constituye un delito de acuerdo a la legislación estadounidense ya que atenta contra los derechos de propiedad intelectual de los miembros de la ESA.

Falta por saber cuál será el siguiente paso que darán las productoras de videojuegos: ¿se conformarán con enviar cartas de advertencia o irán más allá y llevarán a los internautas que cacen ante la justicia? No es por ser agorero, pero mucho me temo que a no mucho tardar optarán por la segunda opción.

Pasan los años y se suceden los ciclos económicos pero en Internet las cosas parecen no querer cambiar. Al menos por lo que hace referencia al sector de los motores de búsqueda, donde Google sigue creciendo de manera imparable a costa de sus rivales, que mes a mes contemplan impotentes como la empresa de Mountain View les araña usuarios en un proceso que parece imparable.

ComScore ha dado a conocer su habitual informe mensual en el que analiza el uso que realizan los internautas de los buscadores, y las cifras vuelven a reafirmar la posición de supremacía de Google, que en octubre fue la herramienta escogida por el 62,3% 63,1% de los usuarios norteamericanos para llevar a cabo sus búsquedas.

Lejos, muy lejos, le sigue Yahoo Search, que con un 20,5% del mercado se afianza en una holgada aunque lejana segunda plaza. Peor aún le van las cosas a Microsoft, que sólo cuenta con el favor de un 8,5% de los internautas y muestra una tendencia descendente muy preocupante. Por lo que hace referencia a Ask, un buscador prácticamente desconocido por estos lares, se conforma con un 4,2% y se distancia de AOL, que aparece hundido en la 5ª plaza con un discretísimo 3,7%.