Intel lanzará discos SSD de 160 GB a finales de año

El 2008 va a ser el año en el que, definitivamente, las soluciones basadas en memorias flash se van a establecer como una alternativa real y efectiva a los discos duros y van empezar a hacerse con una parte del mercado. Apple, Dell y Sony, por poner tres ejemplos, ya comercializan portátiles con discos SSD y en los próximos meses el resto de fabricantes van a seguir el mismo camino.

Las ventajas que aportan los discos SSD son muchas y variadas:

  • Mayor velocidad de lectura
  • Baja latencia de lectura y escritura
  • Menor consumo de energía
  • Menor producción de calor
  • Mayor velocidad de arranque
  • Al no tener partes mecánicas no producen ruido
  • Menor tamaño

¿Inconvenientes? Por supuesto los hay, aunque se van a ir solucionando conforme vaya madurando esta tecnología. Los más destacables son los siguientes:

  • Precio muy elevado
  • Menor capacidad de almacenamiento
  • Menor tiempo de vida confiable
  • Menor velocidad en operaciones I/O secuenciales

Intel ha anunciado que para finales de año presentará una nueva generación de discos SSD de 1,8» y 2,5» que tendrán una capacidad de almacenamiento de 80 GB y 160 GB. Utilizarán la interfaz SATA II, que permite transferencias de datos a velocidades teóricas de hasta 3 Gb/s, y superarán con creces las prestaciones que ostentan los modelos actuales. Una vez estén en el mercado se solucionará en parte uno de los principales problemas que acechan hoy en día a estos discos: su escaso almacenamiento.

El otro hándicap principal de esta tecnología, tal y como he comentado antes, es el precio. Tan es así que la versión del MacBook Air de Apple con un disco SSD tiene un sobreprecio de 1.000 dólares respecto a la que utiliza un disco duro normal. En el caso del XPS M1330 de Dell, el sobrecoste es un poquito inferior pero aún así nada despreciable: 650 dólares.

¿Bajarán de precio los discos SSD? Rotundamente, SÍ. ¿En qué proporción? Intel asegura que de aquí al 2010 el descenso será de un 50% anual. Haciendo cuentas rápidas, los 1.000 dólares del MacBook Air se quedarían en 250 en un par de años, una cantidad todavía elevada pero a todas luces muy inferior a la actual.

No cabe duda que aún serán necesarios unos años para que los discos SSD se conviertan en un componente habitual de cualquier ordenador, pero el camino está marcado. En cuanto bajen de precio y aumenten su capacidad de almacenamiento, sus innumerables ventajas acabarán por hacer el resto y se impondrán a los discos duros.

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