La compañía LiftPort Group ha anunciado que se ha completado con éxito la segunda ronda de tests que están efectuando con el objetivo de tener lista la tecnología necesaria para lanzar el primer ascensor espacial.
Los tests consistieron en elevar una plataforma de comunicaciones hasta una altura de 1 milla -1467 metros- y mantenerla en posición estacionaria durante un periodo de unas 6 horas. Al mismo tiempo se dejó caer una cinta de nanotubos en dirección a la Tierra y diversos robots subieron y bajaron por la misma agregando más fibras de nanotubo para reforzarla cinta 3M en dirección a la Tierra.
Se espera que el ascensor espacial entre en funcionamiento el año 2018 y que en ese momento pueda alcanzar una altura cercana a los 35.786 km de la Tierra. Será utilizado para transportar personas o satélites a un coste mucho menor que el supone lanzarlos mediante cohetes e incluso habrá compañías que aprovecharán las posibilidades que brinda para instalar cámaras de observación a gran altitud, como repetidor de radio y para fines relacionados con la seguridad militar.
El ascensor espacial estará formado por un compuesto de nanotubos de carbono, un material que es capaz de soportar la enorme tensión producida por el peso de una estructura de este tipo, y se situará en una plataforma en el Océano Pacífico a la altura del ecuador para evitar las inclemencias meteorólogicas.
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